Tras bambalinas (II): prueba y error

Alguna vez has cometido algún error y has pensado que por fracasar una vez todos pensaban que ya nunca lograrías nada. Bienvenidos/as una semana más a tras las bambalinas de Mi Alejandría.


Desde que comencé a intentar fundar una empresa he podido percatarme de una clase de comportamiento bastante peculiar que diferencia a los españoles de otras culturas como las anglosajonas, en un aspecto ideológico muy significativo, la intolerancia al fracaso.

En la cultura española actual y seguramente en otros lugares del mundo pase algo parecido en mayor o menor medida, existe una tolerancia cero frente al fracaso. Cabe resaltar que dicha tolerancia cero está bastante menos arraigada en las empresas y personas dedicadas al sector tecnológico, lo cual resulta en ocasiones como una bocanada de aire fresco bastante tranquilizador.


Ademas de programador también estudié coaching y analizando este tema me di cuenta de que la intolerancia irracional al fracaso es implantada como paradigma en la educación y generación tras generación se nos inculca que debes de ser exitoso a la primera. A lo largo de estos dos últimos años me di cuenta de que dicho paradigma era erróneo y para darme cuenta no hubo mejor forma que fracasar al intentar fundar mi primer proyecto (en aquel tiempo no conocía lo que eran las startups). Se llamaba 'proyecto tabby', del cual diré que tardé más en afrontar que había fracasado que en formarlo. Desde entonces mi forma de ver el fracaso/error ha cambiado, para mi ya no es importante el hecho de fracasar sino el cómo levantarme y cómo extraer la máxima información para poder seguir adelante fortalecido.

Fracaso y éxito en una startup


Podría decirse que Mi Alejandría es un conjunto de fracasos personales de proporciones bíblicas, de lo cual me siento muy orgulloso. Te estarás preguntando el por qué, pues es tan simple que, al reconocer que fracasé, estoy reconociendo que he intentado hacer algo, aunque no saliese adelante y reconozco que me he levantado tras dichos fracasos, lo cual me recuerda la única frase más importante para mi al lanzarme a hacer proyectos y que escuché en un vídeo de Donald Trump, dicha frase traducida es tan simple como tres palabras 'NO TE RINDAS'.

Por ello, uno de los principios de Mi Alejandría como organización es que 'el fracaso está permitido' porque sé que constituye una de las herramientas de aprendizaje mas importantes para el ser humano, ademas de quitar la falsa ilusión de rigidez y apego que implanta la necesidad de éxito entendido como la imposibilidad del fallo.

¿Y tú que opinas? Háznoslo saber

Hasta la próxima semana


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